viernes, 20 de marzo de 2009

Perdido


Hoy ha sido, realmente, un día duro.Pero no como estáis pensando,no.No me he matado a trabajar,no he despertado a las 6 de la mañana para dirigirme a un trabajo diario que me permita el lujo de alimentarme, no.Soy opositor, eso significa que gasto la mayor parte del día acudiendo a clases y estudiando algo que repaso una y otra vez, una y otra vez pero que, sinceramente, cada vez entiendo menos y cada vez me resulta más novedoso, algo totalmente incompatible con una oposición si lo piensas, aunque no me sorprende ya que me da la impresión de que mi camino avanza hacia el retroceso irremediablemente.Hoy fue un día duro porque encontré fantasmas en mi cabeza, me asaltó un ejército de dudas armado hasta los dientes de interrogantes amenazadoras y agresivas que atentaban contra la paz de mi masa gris y casi pueden conmigo.
Desperté esta mañana y ya mi cuerpo se resistió más de la cuenta a darle la bienvenida a la mañana,pero entre ducha y desayuno, besos a Zoe y algún bostezo digno del más grande de los hipopótamos logré llegar a clase, algo que me produce un pereza aterradora por diversas razones: la primera de ellas por la cantidad de mentes ineptas que encuentro en ese aula con olor a hospital y mesas de guardería, gente con comentarios dignos del más ignorante de los seres que me ofenden cada día con su simple presencia; el segundo motivo es que intento escuchar con atención a ésos que dicen llamarse profesores pero no encuentro nada interesante o innovador en sus lecciones, nada digno de mi atención, nada que no se encuentre ya escrito en esos libros que hace tiempo poseo y que cada vez que miro parecen querer atraparme en su interior eternamente, haciéndome parte de su encuadernada existencia.
Lo cierto es que hoy más que nunca me he planteado a mi mismo qué cojones hago estudiando ésto.Me encuentro inmerso en una oposición que me obliga a estudiar ocho horas diarias y me encierra en una biblioteca sin permitirme distinguir unos días de otros y privándome de mi derecho más preciado, mi libertad, robando cada instante de mi cada vez menos joven vida y en la que la única recompensa que quizá encuentre sea aprobar un día para mi supuesta felicidad, estabilidad y demás mierda social cuando en realidad soy consciente de que esa situación no creará en mi más que una sensación de claustrofobia que me empujará a mandarlo todo a la mierda sin el más mínimo reparo.Porque soy así, un inconformista sin remedio, una mente que no para de imaginar sorprendiéndose a sí misma de la rapidez con la que cambia de parecer para asombro de muchos.Así que hoy más que nunca creo que debería hacer lo que hace tiempo me inquieta y largarme al lugar más lejano y cálido que se me ocurra sin pensar cuál será mi destino ni en qué ocuparé mi tiempo.Ésta debería poder ser mi opción y olvidarme de esta losa que nos impone una estructura social retrógrada y asustadiza que nos empequeñece haciéndonos mocos de su pañuelo.Sólo quiero salir a la calle y respirar hondo un aire limpio, pasear por calles en las que ninguna cara me resulte familiar ni deba detenerme a conversar con gente que no aporta nada interesante a mi vida mientras me refugio en el único rincón que me hace sentir realmente vivo y rescata lo poco de positivismo que hay en mi, la música.Taponar mis oídos con esos auriculares que parecen hacerme invisible y sumergirme en mi particular mundo observando a los demás como si fueran muñecos, mimos que hablan y gesticulan pero que no alcanzo a oír para, únicamente, seguir perdido, maravillosa evasión.

1 comentario:

  1. Vuela alma atrapada, no apagues esa lucecita que sabes que lucha por salirse con la suya, por brillar, déjala y disfruta de todo lo que esa luz puede iluminar!!
    Sal de ahí!!!
    Desde el norte... con amor...

    ResponderEliminar