viernes, 6 de mayo de 2011

Alejandro

Catorce horas de nervios. Catorce horas de ansiedad. Catorce horas escuchando a mi familia licenciarse en medicina en un periquete y aportar su certeza médica al respecto de la incertidumbre que nos provocaba el no saber cuándo llegaría el esperado momento. Doctores de un sólo uso cuyo vademécum es el tan recurrido " a mí me han dicho que...".
Alejandro apareció a las 00.10 de la noche del 01 al 02 de Mayo contra todo pronóstico, cosa que me alegra.
Resulta complicado describir ese instante al verle. Su cuello se estira buscando el aire como un buceador que ha retrasado demasiado el momento de volver a la superficie. Es ese sonido, ese primer trago de vida, como un chasquido al tragar, la llave que abre la puerta a su nuevo mundo. Y entonces rompe a llorar. Su llanto no es de rabia, no es de queja ni de exigencia. Es un sollozo que hace temblar su barbilla, un desconsuelo tan compungido que entristece a cualquiera que merodee a su alrededor. Y no me preguntes a quién se parece porque es una criatura tan recién llegada que sólo se asemeja a él mismo y eso le hace muy especial. Sólo te diré que tiene rostro de paz, de serenidad, de cariño, de ilusión. Que sus ojos se abren al cielo tan poco a poco que parece que le doliesen y que cuando lo consigue los cierra rápidamente como si quisiese despertar de un mal sueño y volver al vientre de mamá. Es curioso observar en las fotos como los mantiene abiertos únicamente cuando está a solas con sus padres, como si dijese: " ahora estamos sólo nosotros".
Resulta maravilloso rozar tu piel con la suya. Es fascinante oler su aroma. Y dormirlo en tus brazos es abrazar a la vida.
Son muchos los que te visitan cada día y sé que ahora estás muy ocupado. Así que dejaré que atiendas a todos tus admiradores, no tengo prisa. Ya tendremos tiempo de estar a solas, toda una vida. Ya tendré tiempo para agradecerte que me hayas ayudado a volver a saber lo que es llorar de alegría, lo había olvidado. Ver como tú solo has unido a tantos de esta manera es todo un logro.
Pequeño, podría escribir cientos de líneas diciéndote todo lo que provocas en mí cuando te miro, pero es algo que me reservo para nosotros. Ahora mismo sólo puedes cogerme un dedo , pero pronto caminarás y me agarrarás de la mano. Y será entonces cuando escuches todo lo que tengo que contarte acerca de este escenario en el que acabas de debutar. Aunque estoy seguro de que la tuya será una gran actuación.

2 comentarios:

  1. ASI ES ESTA VIDA , RESUMIDA EN UNAS LINEAS , COMO TU LO HACES...REALMENTE PRECIOSO..ENHORABUENA POR ESTA PRECIOSIDAD..

    ResponderEliminar
  2. Me quedo con la frase: " dormirlo en tus brazos es abrazar la vida" me transmite tal sensibilidad q siento un escalofrio en mi piel, no necesito leer nada mas.Enhorabuena.(fresquito)

    ResponderEliminar